Conduce de manera ecológica

19 enero 2011 | Por jmpaniagua01

Crece la preocupación por el futuro del planeta, el precio de la gasolina no para de subir, llevar nuestro vehículo al garaje nos cuesta un ojo de la cara… Existen miles de razones por las que nos conviene conducir de forma más ecológica y conservadora, ahorraremos en combustible y mantenimiento del vehículo y además, ganaremos en seguridad.

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Las autoescuelas ya ofrecen entre sus productos cursos de conducción ecológica, dónde nos enseñan a circular con el mínimo gasto y de la forma más segura posible. Si no puedes costeártelo, ahí van unos consejos: Arrancar el motor sin pisar el acelerador. En los coches modernos, donde todas las labores de encendido y calentamiento ya se realizan de forma automática, acelerar el coche sólo servirá para desajustar la electrónica y restar rendimiento al proceso de arranque. En los movidos por gasolina la marcha debe iniciarse nada más obtenerse el arranque. Sin embargo, en los motores diesel, debemos esperar unos segundos antes de comenzar la marcha. Utilización de la primera marcha. La norma ecológica dice que hay que usarla lo menos posible. La primera marcha es la que más fuerza transmite al coche y en consecuencia la que más combustible consume. Lo ideal es cambiar a 2ª una vez transcurridos dos segundos o a los 6 metros recorridos. Aceleración y cambios. En los motores de gasolina, el cambio (sobre todo el de primera a segunda) debe estar comprendido entre las 2.000 y 2.500 vueltas, mientras que en los movidos por gasóleo debe hacerse entre las 1.500 y 2.000 revoluciones por minuto. Uso de las relaciones. Cuanto más larga sea la marcha que utilicemos y estemos por encima de un nivel mínimo de revoluciones, mayor será el ahorro. Pasar de 3ª a 4ª puede suponer un ahorro del 10%, mientras que si lo hacemos de 3ª a 5ª el ahorro es del doble (un 20%). Cuanto más potente sea el motor y mayor cilindrada tenga, el impacto será mayor si no cumplimos estas normas. Velocidad de circulación. La velocidad hay que mantenerla lo más uniforme posible, sobre todo en ciudad, donde lo que buscamos es contribuir a la fluidez del tráfico. Frenazos, aceleraciones bruscas y cambios de marchas innecesarios harán que el gasto de combustible aumente y el ahorro de tiempo no compense. Frenadas. Lo ideal al circular por tramos urbanos es levantar el pie del acelerador y dejar que el vehículo ruede con una marcha engranada en ese instante. De esta forma regularemos la velocidad con toques suaves del pedal del freno y reduciremos de marcha en la medida de lo posible. Detención. Siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, detener el coche sin reducir previamente la marcha. Esto permitirá, según qué marcha llevemos, cortar la inyección de gasolina mientras seguimos avanzando, por lo que el gasto será nulo. Si, por el contrario, nos acercamos a un semáforo en rojo y ponemos punto muerto, en el motor seguirá entrando la gasolina necesaria para mantenerlo al ralentí. Paradas. En paradas prolongadas (por encima de 60 segundos) es recomendable apagar el motor. Algunos vehículos ya disponen del sistema Start & Stop que automatiza este proceso. Anticipación y previsión. Conducir siempre con una adecuada distancia de seguridad y un amplio campo de visión permitirá ver 2 ó 3 vehículos por delante. En el momento en que se detecte un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en la vía, levantar del acelerador para anticipar las siguientes maniobras. En la mayoría de las situaciones, aplicar las reglas de la conducción eficiente contribuye al aumento de la seguridad vial. Imagen sujeta a licencia CC de Axion23

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