Desde distintos organismos, sobre todo en los Estados Unidos, promueven la conducción defensiva. Este tipo de práctica al volante se define como la adopción de toda precaución razonable encaminada a prevenir un posible accidente.
Tanto centros públicos como por escuelas privadas de automovilismo ya introducen cursos de conducción defensiva dónde se presta especial atención a la necesidad de ajustar la conducción del vehículo a las condiciones atmosféricas, al estado del pavimento y a la densidad del tráfico, tanto de coches como de peatones.
En estos cursos se enseña a prevenir el accidente basándose en tres aspectos concretos:
- Mantener siempre la máxima concentración al volante y estar siempre preparados ante una eventual situación de peligro (un balón que cruza la acera).
- Preparar la reacción defensiva con suficiente antelación, para evitar así ese momento de pánico o desconcierto que puede ser fatal.
- Actuar con tiempo. No esperar al último instante para aplicar el freno.


Claves para una conducción defensiva:
- Tener en cuenta todos aquellos factores que pueden afectar la seguridad de nuestro viaje, por corto que éste sea. Condiciones atmosféricas, visibilidad, estado de nuestro vehículo, ancho de vía…
- Evitar una colisión con el vehículo que nos precede. Atender a las señales lumínicas o de mano que haga el conductor del coche. Siempre que sea posible, ver cuáles son las condiciones del tránsito más allá del vehículo anterior, de esta forma estaremos mejor preparados para reaccionar ante cualquier maniobra que el coche precedente haga en una situación de emergencia. Mantener la distancia de seguridad con el vehículo siguiente.
- Evitar la posible colisión del vehículo que nos sigue. Hacer con antelación suficiente todas las señales manuales o lumínicas que procedan para avisar de nuestras intenciones al otro conductor. Frenar suavemente (disminuir gradualmente nuestra velocidad). Si hay conductores que se empeñan en adelantarnos, no impedírselo. Es mejor quitarse de atrás a un conductor impaciente, nervioso, o imprudente.
- Evitar las colisiones frontales. Son en las que se producen más muertes. Suelen darse en curvas, pero también en tramos rectos de carretera. Siempre que vayamos a tomar una curva, es bueno reducir un poco la velocidad. Si la curva en cuestión gira hacia la derecha, manténgase usted también a la extrema derecha del camino. Si, por el contrario, la curva es hacia la izquierda, debemos mantenernos en el centro de nuestro carril. En tramos rectos, si nos aproximamos a una larga hilera de vehículos que vienen en dirección contraria a la nuestra, debemos mantenernos lo más cerca posible del lado derecho de la carretera.


- Cuidado con las intersecciones. Al acercarse a una de ellas debemos avisar con tiempo si tenemos intención de girar. Si continuamos recto, no debemos abandonar nuestro carril y siempre es aconsejable moderar la velocidad cuando nos acercamos a un cruce, recordad que aunque nosotros lo hagamos bien, puede haber algún otro que se empeñe en hacerlo mal.
- Animales en la calzada. Si algún animal se interpone en nuestra ruta, frenar e incluso detenerse (cuidado con los coches que nos siguen) hasta que pueda reanudar la marcha sin problema.
- En lo que se refiere a las motos, lo más sensato es alargar la distancia de seguridad si no las vamos a adelantar ya que son vehículos más ligeros e imprevisibles que un coche.
- Conducción nocturna en carreteras, sobre todo si hay pobre visibilidad, prestar especial atención a los vehículos casi siempre camiones, que pudiere haber detenidos a la orilla de la carretera .Atentos al cambio de luces para no cegar a deslumbrar al conductor que viene en dirección contraria. No conducir en ciudad con las largas.