

A la vanguardia de la tecnología, con este eslogan crea su imagen comercial el fabricante alemán de automóviles Audi. Algo de verdad tiene que haber porque ha repetido título en la prueba automovilística más dura y prestigiosa que se corre en circuito: las 24 Horas de Le Mans. El equipo formado por los pilotos Frank Biela, Emanuele Pirro y Marko Werner revalidaron su victoria del año pasado con el revolucionario prototipo diesel de la fábrica de Ingolstadt.
Desde la primera vuelta hasta la última el liderato de la carrera estuvo en manos de alguno de los tres bólidos alemanes que estaban en pista. Más de 260.000 espectadores asistieron en vivo a una de las ediciones más emocionantes de la mítica prueba en la que los audis fueron no sólo los más veloces, sino también los más fiables.
La séptima victoria en la 75º edición de la carrera tiene aún más mérito teniendo en cuenta las terribles condiciones climatológicas que dieron con los Audi R10 TDI números 2, pilotado por Mike Rockenfeller en ese instante, y 3, en manos de Dindo Capello, fuera de la pista.
Así las posibilidades de la fábrica de Ingolstadt pasaban por el único prototipo que quedaba en carrera, el del equipo de Biela, Pirro y Werner, que respondió a la perfección, finalizando en primera posición con más de diez vueltas de ventaja sobre el segundo, un Peugeot, y dejando a Audi en el tercer puesto de constructores con más entorchados en la prueba francesa, sólo superado por Porsche y Ferrari.