Además de su exquisito diseño, todos comparten la misma solución para cubrir su habitáculo, un techo de lona. La marca de los aros descarta la posibilidad de montar techos duros escamoteables como hace la competencia, porque según ellos los coches perderían su encanto. Para ellos la tela ofrece menores diferencias de comportamiento con independencia de si el coche está cubierto o no, brinda una mayor capacidad al maletero cuando se circula con el cielo como techo y la menor distorsión de las carrocerías, que guardan un parecido mayor con los modelos cerrados de los que derivan.
En todos los modelos se cuenta con techos de accionamiento electrohidráulico, con velocidades de apertura que van desde los 9 segundos del coqueto A3 cabrio a los 18 del espectacular R8 Spyder, y que es posible manipular cuando el coche está en marcha hasta una velocidad máxima de 50 Km. /h, si exceptuamos el A3, que sólo permite abrirla hasta los 30 Km. /h.
La oferta es muy amplia, versiones movidas por motores diésel, de gasolina, automáticos, manuales, sistemas de tracción delantera o total quattro. Muchos incluyen los nuevos dispositivos de ahorro de energía Start & Stop o la recuperación de la energía liberada en las frenadas.
Les hay que consumen poco, como el A3 1.2 TFSI o el 1.6 TDI cuyas emisiones de CO2 se sitúan por debajo de los 120 gramos. El A5 es el que disfruta de una gama más amplia de motores, con propulsores de cuatro y seis cilindros en gasolina o diésel. El TT es el biplaza puro de la familia, monta la tracción total y cuenta con una versión muy deportiva llamada TT RS, con un motor de 340 CV. Capítulo aparte merece el buque insignia de la gama, el R8 Spyder, un impresionante deportivo que esconde bajo su capó un poderoso motor de 525 CV que es capaz de lanzarlo por encima de los 300 Km. /h.
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