Análisis Citroën DS High-Rider

26 marzo 2010 | Por alejandrocastellon

Los coches del futuro están más cerca del presente con prototipos como el que te avanzamos desde este blog de motor, en el que realizamos un análisis del Citroën DS High-Rider. Un compacto exclusivo que destaca por ser dinámico. La gama DS de Citroën ha entrado de lleno en el futuro más cercano.

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Citroën DS High-Rider

El diseño del High-Rider es una de las cuestiones que más llama la atención. Frente a los coupés de 4 plazas, más bien largos y bajos, el DS High-Rider es más compacto y musculoso. Su silueta, en combinación con su altura, refuerza su carácter dinámico. La distancia al suelo sobreelevada y la imponente presencia de sus llantas de aleación diamantadas de 19 pulgadas dan sentido a las proporciones y participan en la definición del propio carácter del High-Rider. En este sentido, hay un elemento nuevo que es característico de este modelo: su color dorado. La exclusividad y la elegancia se manifiestan en el “Golden Gloss”, el color dorado que, con un brillo inédito elegido para esta primera aparición del DS High-Rider, es una de sus señas de identidad. Los cromados que decoran las ventanillas laterales acentúan su forma peculiar, mientras que la luz protagoniza el frontal y la zaga, gracias a las guías que dibujan los faros y las luces de posición.

Citroën DS High-Rider

Por otro lado, el High-Rider combina unas dimensiones compactas (4,26 m de largo, 1,82 m de ancho y 1,48 m de alto) con una gran habitabilidad y se impulsa mediante un sistema de tracción “Full Hybrid” diésel, formado por un motor térmico diésel HDi FAP y un motor eléctrico situado junto al tren posterior. Todos estos elementos configuran el futuro más cercano con el Citroën DS High-Rider., una apuesta por mantener las novedosas líneas DS.

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