

Honda ha mejorado la calidad de su producto, ahora es un coche más amplio, cuenta con un equipamiento mayor y es más atractivo. Su habitáculo es muy confortable, dispone de mucho espacio para las piernas y de una gran cantidad de huecos portaobjetos. En el puesto de conducción, todos los mandos se encuentran a la distancia adecuada, la visibilidad es muy buena y tanto los materiales como los acabados son de excelente calidad. El nuevo CR-V dispone de 5 niveles de equipamiento, y a excepción del acceso a la gama, todos pueden ir equipados con cambio manual o automático.
De serie cuenta con seis airbags, anclajes ISOFIX, control de estabilidad, control de velocidad de crucero, retrovisores eléctricos y plegables, climatizador bizona, controlador de la presión de los neumáticos, volante multifunción y sistema de sonido con varias entradas para conectar dispositivos auxiliares.
El propulsor que monta es un diésel de inyección directa con tecnología Common Rail, tiene una cilindrada de 2.200 cc y entrega una potencia máxima de 150 CV a 4.000 vueltas. Este motor entrega su par máximo (350 Nm) entre las 2.000 y las 2.750 revoluciones por minuto. El cambio es automático de cinco marchas y con este conjunto el consumo medio se sitúa en los 7,4 litros y las emisiones contaminantes en 195 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.
El Honda CR-V aunque parezca un coche grande es fácil de manejar y se mueve con soltura por ciudad, el cambio automático facilita mucho las maniobras y ayuda en la movilidad del vehículo. Honda le ha equipado con una tracción total permanente que ayuda a que se mueva con mucha soltura por carreteras mal asfaltadas o pistas de tierra, pero donde realmente apreciamos este tipo de tracción es con el suelo mojado, con hielo o nieve, ideal para personas que vivan en zonas con este clima.
El precio de venta al público de este todocamino automático de Honda es de 33.500 euros.
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