

Aunque pueda parecer una tontería, el primer paso es saber dónde están las cosas en el coche. En cuestión de líquidos, esto es imprescindible, ya que entre la lista de tareas en el mantenimiento básico del coche está la comprobación de los líquidos de los frenos, agua del limpiaparabrisas, agua del sistema de refrigeración, agua del radiador, aceite del motor, … Por ejemplo, en relación a este último, el nivel del aceite, es importante comprobarlo periódicamente.
Del mismo modo, la presión de los neumáticos es otro elemento clave a la hora de revisar el mantenimiento del vehículo. Con hacerlo una vez al mes es suficiente. También se puede revisar la alineación de los neumáticos.
Los filtros de aire son otro elemento a tener en cuenta. Éstos son relativamente fáciles de localizar (en general), y conviene cambiarlos cada 20.000 ó 30.000 kilómetros. Las pastillas de freno son otro elemento a tener en cuenta en el mantenimiento del coche. Es recomendable cambiarlos entre los 20.000 y los 40.000 kilómetros (depende del uso que se les de). Una vista a los frenos, por la parte interior del neumático, nos sirve para ver si tiene las pastillas desgastadas y hay que cambiarlas. Los amortiguadores también se pueden revisar, empujando el coche hacia abajo.
Las luces son otro elemento sencillo de comprobar, y uno de los más intuitivos, así como el limpiaparabrisas.