

Esta misma semana hemos podido comprobar que la manida frase “Quién tuvo, retuvo” cobra mucho sentido si hablamos de un piloto de Fórmula 1 como Michael Schumacher. En el circuito de Motmeló volvió a marcar los mejores tiempos en la sesión de entrenamientos de invierno de Ferrari. Inmediatamente después se han disparado los rumores acerca del posible regreso del campeón alemán la próxima temporada. Rumores que, de momento, se ha encargado de desmentir.
Michael Schumacher nació el 3 de enero de 1969 en la localidad alemana de Hürth- Hermülheim, y ya desde niño, apuntaba maneras de campeón al volante. Cuando todavía era un niño como muchos otros pilotos de Fórmula 1, cuando comenzó en los circuitos de karts a la temprana edad de cuatro años. Con 16 se convirtió en subcampeón del mundo junior de karts.
A los 19 consiguió el campeonato alemán de Fórmula Konig y quedó segundo en la categoría de Fórmula Ford 1600. Posteriormente dio un paso más para cumplir su sueño de ser piloto de Fórmula 1, llegando a la Fórmula 3000. Allí entabló amistad con Heinz Harald Frentzen y conoció al que sería su representante durante el resto de su carrera deportiva: Wili Weber.
Su salto a la categoría reina del automovilismo lo daría en 2001, cuando su representante convenció a Eddie Jordan, para que le diese una oportunidad en su equipo. Así en el Gran Premio de Bélgica de ese mismo año debutó el que, con el paso del tiempo se convertiría en uno de los mejores pilotos de Fórmula 1 de la historia: Michael Schumacher.
A partir de ese Gran Premio corrió como piloto titular de Benetton Ford, donde lograría los primeros grandes éxitos de su carrera. Michael Schumacher tuvo que esperar a la temporada siguiente para lograr su primera victoria en el circuito de Spa Francochamps.
Dos años después, en la misma temporada en la que Ayrton Senna perdió la vida en la fatídica curva de Tamburello, Michael Schumacher se hacía con su primer campeonato. Al año siguiente continuó el reinado del Káiser en la Formula 1, puesto que el alemán revalidó su título.
Fue en 1996 cuando se produciría la unión entre dos grandes mitos de la Fórmula 1: Michael Schumacher y Ferrari. En sus dos primeras temporadas a bordo de un monoplaza de la escudería italiana consiguió sendos subcampeonatos, por lo que en la marca del caballino rampante comenzaron a sonar las alarmas. Y Michael Schumacher aún debería esperar dos años más, puesto que las temporadas 98 y 99 estuvieron dominadas por Mclaren Mercedes y el excelente piloto finlandés Mika Hakkinen.
A partir del año 2000 y durante cuatro temporadas consecutivas, llegaron los esperasdos campeonatos en los que Ferrari y Schumacher se convirtieron en absolutos dominadores del gran circo de la Fórmula 1. Fueron años de victorias incontestables, poles conseguidas y una racha de récords superados que caían sin parar.


En 2005 una nueva generación de pilotos comandada por los jóvenes Fernando Alonso y Kimi Raikkonnen (los dos últimos campeones, por cierto) entraría con fuerza en el panorama del Gran Circo. El káiser alemán fue superado por ambos pilotos de Fórmula 1 en aquella temporada, al competir Michael Schumacher con un coche inferior al que Ferrari le tenía acostumbrado.
La temporada siguiente, la de su retirada, Michael Schumacher consiguió el récord de poles del mítico piloto brasileño Ayrton Senna, pero no se despidió con el campeonato. En una dura pugna con el Renault de Fernando Alonso, el español venció a Schumacher en un duelo, que no tendría vencedor hasta el Gran Premio de Brasil, última prueba de la temporada.
Después de su retirada de la Fórmula 1 en 2006 estuvo compitiendo en motociclismo, sin embargo en 2010 regresó brevemente a la Fórmula 1 en el equipo Mercedes, retirándose definitivamente en el 2012.
El 29 de diciembre sufrió un gravísimo accidente de esquí golpeándose en la cabeza y quedando muy grave, aunque se desconoce exactamente su estado de salud actual, pues la familia no quiere informar del mismo.
Esto ha sido un breve repaso a la impecable trayectoria de Michael Schumacher. Un piloto de Fórmula 1 diferente. Amado por unos y odiado por otros, pero siempre respetado y reconocido por todos como uno de los mejores de la historia.
mas grande que un ford no hay